Xavi varió el 4-3-3 del derbi por un dibujo más ofensivo que se tradujo en ocasiones claras del austríaco y el catalán
Xavi Hernández ya avisó en su presentación que se manejaría con varios sistemas en el Barça. Citó el 4-3-3, sistema de cámara y elegido para el debut ante el Espanyol y el 3-4-3, apuesta para anoche contra el Benfica, sin obviar incluso el 3-5-2. Por mucho que no tuviera sus mejores extremos en condiciones óptimas, el egarense tenía claro que tocaba abrir el campo al máximo y, a la espera del cartucho Ousmane Dembélé para el segundo tiempo, tiró de Yusuf Demir y Jordi Alba para ocupar las bandas del ataque.
Sin Ilias Akhomach (sancionado) y Abde Ezzalzouli (no inscrito), que actuaron en la derecha en el derbi, el austríaco regresó al once inicial dos meses después de haber sido titular frente a Granada y Cádiz.
Ya el sábado salió al final y la confianza de Xavi derivó en un mayor desparpajo para encarar a la defensa lisboeta. Nada que ver con el huracán Dembélé pero de sus botas nacieron varias aceleraciones en el primer acto con un chut repelido por Vlachodimos en el minuto 7 y una magnífica rosca con la zurda que se estrelló en la madera en el minuto 43. Demir se vino arriba e incluso levantó los brazos para contagiar su espíritu a la afición. También Alba llegó con peligro al área disfrutando poco antes de una ocasión abortada por el meta griego.
Sólo un cambio hasta el 86’
El guión sólo varió tras el descanso con Dembélé. Xavi no recurrió a Coutinho, tampoco a Riqui Puig o un ‘9’ rematador como Luuk de Jong y sólo hizo el segundo y tercer cambio al final (86’ y 88’) al lesionarse Araujo (entró Dest) y reordenar la zaga con Eric (suplió a Lenglet).
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