El Atlético de Madrid 9.0 de Simeone se confirma con resultados

No hay reafirmación más rotunda para una nueva idea que los resultados obtenidos por el Atlético de Madrid, entre ellos la victoria sin matices contra el Barcelona; la confirmación del ‘nuevo’ Atlético de Madrid de Diego Simeone, cuya novena temporada al frente del equipo ha desatado el estilo más combinativo, alegre y ofensivo, surgido de una evolución natural iniciada el pasado curso y concluyente ahora.

Es una apuesta decidida. Lo verificó el triunfo en el estadio Wanda Metropolitano contra el FC Barcelona, al que aleja ya a nueve puntos en la clasificación. Con este resultado culmina ocho jornadas que agrandan las expectativas de un grupo que debe sentirse tan aspirante hoy al título como cualquiera. Son seis triunfos y dos empates en nueve citas del torneo, aunque aún tiene dos pendientes.

Cinco victorias consecutivas; 24 jornadas seguidas como un bloque invencible en el campeonato y, 19 en el Wanda Metropolitano. Son números de líder de la Liga.

«El equipo busca jugar para ganar, que es lo que siempre buscamos», enfatizó Simeone en la rueda de prensa posterior a la victoria contra el Barcelona. Fue la primera vez que lo doblegó la Liga, y lo hizo mirándolo a la cara y jugando un fútbol poco conservador.

El Atlético siempre jugó para ganar. La diferencia es que hoy ha elegido, por ahora, otro camino distinto, que le ha aportado tantas certezas, contundencia y concreción en ataque, como le sostiene tan inabordable o más en su retaguardia.

«Yo creo que esto se genera con la presencia de Suárez. Nos genera una necesidad de abastecerlo, Costa tiene otras características, Morata tenía otras sobre el terreno largo. Luis necesita vivir donde sabe que va a hacer daño, y el equipo busca lo más importante, el camino del gol», exponía hace un mes Simeone.

Pero el paso adelante no se explica simplemente en el fichaje de Luis Suárez. Hay dos ejemplos irrefutables: ni en Pamplona, con un triunfo por 1-3, ni contra el Barcelona, jugó el delantero uruguayo. En ambos duelos, sin ‘9’ de referencia, coincidieron en ataque Joao Félix, Ángel Correa y Marcos Llorente.

EL INTENTO ‘FALLIDO’ DE 2016

El cambio de estilo lo pide el equipo; las características de una plantilla con talento y un volumen de juego que redescubren una vía consolidada después. Ya hubo en el pasado intentos por ejecutarla, el más explícito en la campaña 2016-17, cuando sumó a su equipo una fórmula parecida a la de ahora. Koke Resurrección por el medio, con extremos por las bandas, dos delanteros y una vocación ofensiva que asombró también por goles y puntos.

La octava jornada, cuando el Atlético de Madrid venció con un 7-1 al Granada, fue la expresión máxima de ese momento (invicto, con cinco triunfos, tres empates, 21 goles a favor y tres en contra). Esta decayó en cuanto perdió, porque no hubo una convicción tan generalizada en el vestuario como ahora y porque Simeone no la sostuvo con la misma determinación del presente. Entonces, las derrotas seguidas contra la Real Sociedad y el Real Madrid frenaron la evolución. Ahora, ni siquiera el 4-0 recibido en Múnich ante el Bayern, ha cambiado los planes. Tampoco los borrones del primer tiempo en Huesca o el 0-0 con el Villarreal.

«El grupo está muy bien, los futbolistas están muy bien y eso nos da ilusión para poder trabajar y para poder ser cómplices en la búsqueda de lo que se quiere. Y cuando hay una comunión entre la idea y la ejecución aparece lo más bonito, que es dar el todo por el equipo», expone el técnico sobre una mutación con varios factores, en el funcionamiento colectivo y en la potenciación individual.

MÁS POSESIÓN, KOKE POR EL MEDIO Y UN NUEVO ECOSISTEMA

El ‘nuevo’ Atlético quiere el balón. Ya no le incomoda la posesión larga. Antes una excepción, al menos en cuanto a la resolución real a efectos de la portería contraria, ahora se atreve en la combinación constante de pases. Las dos primeras ocasiones ante el Barça lo constataron.

Koke, en el Atlético-Barcelona (Foto: LaLiga).

Y se siente seguro, porque es más rápido en la salida de balón desde atrás, porque conecta mejor con el medio y porque Koke Resurrección es el eje de todo (también lo ha sido Héctor Herrera en otros choques), con la especificad y la precisión que le aporta un futbolista como él al medio centro. Su consolidación ahí parece hoy definitiva. Hubo amagos antes, pero ninguno con tanto recorrido.

Koke está, además, en un nivel excelso. Es una de las aportaciones individuales al Atlético de Madrid que más lucen en el nuevo estilo de Simeone. «Es un jugador importantísimo. Por su cuestión táctica, por su entender la necesidad primero del equipo y después de lo que él puede dar al equipo y evidentemente ha crecido muchísimo desde la cuarentena para adelante. Ha venido muy bien y con una velocidad y un paso mucho más dinámico», explica el técnico.

De la vuelta del parón, el Atlético también regresó con más ambición, más protagonismo en el partido, con una presión más avanzada, con más velocidad en su juego y con más volumen de posesión y fútbol; trazos que también se han trasladado a la actualidad, a un ecosistema nuevo donde los jugadores de más talento se siente mucho más aclimatados, certeros y participativos.

Por ahí sobresale la conexión que tienen Joao Félix y Ángel Correa con cualquiera de sus compañeros en el ataque, aparte de la que tienen ambos juntos. El portugués, además de todo lo que canaliza en el ataque en la actualidad, ha marcado cinco goles en las ocho jornadas de esta Liga. El curso pasado marcó seis en toda entera. Y no llegó a cinco hasta su vigésimo primer encuentro.

«EL CRECIMIENTO DE UN MONTÓN DE FUTBOLISTAS»

A la vez, superada la «transición» del Atlético de Madrid de la que habló la pasada campaña Simeone, porque habían salido futbolistas transcendentes del equipo (Griezmann, Godín, Filipe, Juanfran… ) y habían incorporado jugadores jóvenes, de indudables cualidades, para armar un nuevo proyecto, pero que necesitaban adaptación y experiencia, su equipo también crece porque aquellos jóvenes y su conjunción tienen ya un año de recorrido que ha afinado y afianzado cada prestación.

«Lo más importante que valoramos es el crecimiento de un montón de futbolistas de la temporada pasada a ésta. Se ve, se está trabajando mucho mejor en campo, estamos siendo mucho más cómplices para compartir lo que el equipo está necesitando y lo que nosotros vemos. Necesitamos de todos», repasó el entrenador argentino.

Aparte de Yannick Carrasco, que ya es el que deslumbró en momentos de su primera etapa, con un compromiso, además, indiscutible para cada misión que le encomienda el técnico -por ejemplo defender como un lateral más este sábado-; la multiplicación de Joao Félix o la veloz adaptación de Luis Suárez, el salto de Marcos Llorente ha sido tremendo, como extremo o como delantero.

Carrasco celebra su gol al Barcelona (Foto: LaLiga).

También procede de la pasada temporada, de la vuelta del parón del Covid-19, cuando se desató con un valor ofensivo incontestable para su equipo. De entonces a ahora ha marcado seis goles y ha dado otros seis a su equipo, además de todo el desborde que genera.

Mario Hermoso es otro respecto al inicio de la pasada temporada, hasta tal punto que ha sido la elección para la zona izquierda de la defensa en los últimos tres duelos. Y Renan Lodi ha sido suplente. En comparación, la pasada Liga, Hermoso había jugado la mitad a estas alturas.

Atrás también, en el centro de la defensa, está consolidada la pareja Stefan Savic-José María Giménez en el esquema tipo del técnico. No de ahora, sino desde la vuelta del parón por la Covid-19. Y Jan Oblak ha recibido dos goles en esta Liga. Nada más.

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